Los niveles de testosterona medios de las personas de entre 20 y 40 años actuales son menores que los que tenían sus abuelos con 50 años. ¿Qué está pasando? ¿A qué es debido esto y cómo podemos solucionarlo? ¿Qué dice la ciencia al respecto? En este artículo vamos a ver cuál es la causa principal de este problema y cómo solucionarlo fácilmente.

Primero vamos a analizar los motivos que actualmente se suelen dar para esta bajada, lo que nos dicen los gurús de internet y la broscience sobre lo que está ocurriendo, y luego veremos si esto lo confirma la ciencia y cómo actuar en consecuencia.

Uno de los primeros culpables a los que se achaca esta caída en los niveles es a la influencia de tóxicos y productos químicos en nuestro entorno, como por ejemplo a los parabenos en los productos de higiene o cosmética, a los envases de plástico o a los pesticidas usados en la agricultura. Pero ¿esto está demostrado por la ciencia?

La evidencia actual sobre esta cuestión de momento se basa sobre todo en estudios en animales o estudios in vitro, y los estudios que hay en humanos son asociativos y no muestran un efecto realmente significativo, por lo que podemos decir que no hay evidencia suficiente y clara para decir que este tema esté afectando realmente. Además, lo que sí parece probable, es que si estos productos químicos estuvieran de verdad afectándonos, el efecto sea muy leve, y a continuación veremos por qué.

Pero antes informarles, sobre todo a los que vivan en Europa, que este tema está muy regulado, por ejemplo, los parabenos en los productos de higiene y cosméticos tienen unos límites claros para que la cantidad no sea peligrosa, además deben estar claramente indicados en la etiqueta.

También, debido a la mala prensa que han tenido estos compuestos, la mayoría de empresas han decidido dejar de usarlos, mostrando en muchas ocasiones un etiquetado que indica “libre de parabenos”, por lo que ya no están tan presentes en nuestro día a día. También en los productos agrícolas producidos en Europa, hay una regulación muy fuerte sobre qué químicos se pueden usar y cuáles no están permitidos, por lo que no es tan sencillo como que los agricultores o empresas usen los químicos que quieran aunque sean perjudiciales.

Otro producto al que se le atribuyen efectos contra la testosterona es a la soja y sus productos derivados, por su contenido en fitoestrógenos. Pero, de nuevo, la ciencia no apoya este argumento, ya que tenemos un metaanálisis que estudia una población de más de 10.000 hombres que consumieron habitualmente productos de soja y no se observó ningún efecto en sus niveles hormonales. Así que no te preocupes por la soja.

Un apunte rápido relacionado con esto, el producto que contiene el fitoestrógeno más potente, concretamente 50 veces más potente que los que se encuentran en la soja, es la cerveza. Hasta la fecha no está claro si produce algún efecto en los niveles hormonales humanos, pero sí que es cierto que si te preocupa el tema de los fitoestrógenos deberías prestar más atención a la cerveza y no tanto a la soja.

Otro de los culpables que se buscan actualmente para razonar esta bajada de testosterona es la feminización de la sociedad. Se habla de que los hombres actuales son menos “masculinos” y que por eso no tienen tanta testosterona. La ciencia que hay al respecto nos dice que la testosterona puede variar según el contexto, por ejemplo en situaciones en las que la persona tenga una posición jerárquica alta, cuando es el jefe en un trabajo, el líder en un grupo, sus niveles de testosterona serán mayores. Sin embargo, en situaciones donde su posición jerárquica o social sea baja, tendrá unos niveles de testosterona menor. También situaciones en las que el hombre es ganador o perdedor, por ejemplo en cualquier tipo de deporte, pueden producir cambios en la testosterona.

Pero con esto hay dos problemas, el primero es que estas subidas y bajadas dependientes del contexto son circunstanciales, y no afectan a los niveles base, que son los que precisamente se han visto reducidos con respecto a los de generaciones anteriores. El segundo, es que hay contextos que reducen la testosterona, como por ejemplo el tener una pareja estable y ser padre, que actualmente están en decadencia con respecto a generaciones anteriores, por lo que el efecto que deberíamos ver sería una subida de testosterona, más que una bajada, si realmente este efecto, como acabamos de comentar, no fuera efímero.

El factor clave para los bajos niveles de testosterona en la actualidad

La cuestión es que hay un factor que parece explicar la mayor parte de esta bajada en los niveles medios de testosterona, que se correlaciona directamente y que, por lo tanto, no requeriría que nos centráramos tanto en otros factores a los que culpar. Este factor es el de los hábitos.

Verás, en las últimas décadas los niveles de obesidad de la población masculina han subido prácticamente en la misma proporción en la que han bajado los niveles de testosterona. Y esta relación entre los niveles de grasa corporal y niveles de testosterona sí que está 100% demostrada en humanos. Además, también se ha comprobado que no estamos ante una confusión de causa y efecto.

Cabe comentar que en los primeros estudios en los que se detectó esta bajada de testosterona en las últimas décadas, se indicó que dicha bajada no se explicaba por el aumento de la obesidad. Pero estudios más recientes, realizados específicamente para analizar esta cuestión y con una metodología superior, sí que han encontrado esta correspondencia.

De esta forma vemos que, si realmente hay que buscar un culpable de que la testosterona de los hombres actuales sea mucho menor que la de sus generaciones anteriores, lo más probable, según los conocimientos actuales es que sea en su mayor parte debido a que sus hábitos alimentarios, deportivos y todo lo que afecta al peso y composición corporales son mucho peores. Y si realmente hay un efecto por los químicos, plásticos, pesticidas y demás, este efecto debe ser comparativamente muy bajo.

Por lo tanto, si te preocupa tener una testosterona optimizada, sobre todo deberías centrarte en entrenar, tener una dieta saludable y mantener a raya tu porcentaje de grasa corporal, y no estar tan estresado con respecto a si tu champú o tus verduras tienen productos químicos o no.

Por cierto, hablando de estrés, creo que es conveniente nombrar otros factores que también está demostrado que afectan a la testosterona, que están directamente relacionados con la composición corporal y los hábitos alimentarios y que sí que merecería la pena monitorizar si quieres aumentar tus niveles de testosterona. El primero sería el cortisol, que nos convendría mantener siempre en niveles saludables controlando sobre todo nuestro sueño y nuestros niveles de estrés. Para ello creo que convendría también tener cuidado con el uso que hacemos de las redes sociales y los hits continuos de dopamina que estamos recibiendo, lo cual expliqué en otro vídeo que te recomiendo. Intenta dormir más, tener un horario de sueño regular y constante, llevar una vida más tranquila y calmada y no estar todo el día deslizando en redes sociales.

Otro factor relacionado que afecta directamente es el de nutrientes clave para la testosterona, como puede ser el zinc, el boro, el magnesio, el selenio y la vitamina D. Para asegurarte un aporte suficiente de estos nutrientes debes tener una dieta rica en vegetales integrales de todo tipo, con especial énfasis en que esta dieta incluya frutos secos como las nueces, las almendras, las nueces pecanas, los anacardos, etc. Y con respecto a la vitamina D, podrías obtenerla de la exposición al sol, si vives en un clima que lo permita, con una exposición moderada, evitando las horas del mediodía y usando protector si vas a tener una exposición prolongada. Si no tienes esta posibilidad te recomiendo considerar suplementar esta vitamina y o los minerales. Para ello puedes comprarla en Prozis con el código de descuento YERAI.

En resumen, todo el tema de los químicos, plásticos y pesticidas no está descartado que pueda tener un cierto efecto, aunque de momento no hay evidencia contundente al respecto, pero de ser así sería probablemente un efecto leve, ya que la decadencia de los niveles actuales de testosterona parece ser explicada en su mayoría por la relación directa que hay con el aumento de los niveles de obesidad. Así que si quieres tener una testosterona optimizada y saludable, simplemente come sano, entrena duro, evita el stress y descansa bien.

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Por Yerai Alonso

Referencias:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17062768/

https://www.eu-focus.europeanurology.com/article/S2405-4569(20)30062-6/abstract

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https://www.thelancet.com/journals/landia/article/PIIS2213-8587(20)30129-7/abstract

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/rmb2.12326

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1382668917300649

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https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5407807/#:~:text=An%20increased%20BMI%20is%20associated,cohorts%20(n%20%3D%207446

https://academic.oup.com/jcem/article/92/12/4696/2597312?login=false

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22150314/